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¡Viva la Mexicanidad Chiapaneca!


RICHARD ALEGRÍA / (OCHO COLUMNAS)


"Chiapas es el estado más mexicano. Porque fue por elección del pueblo. Estoy seguro que si nos vuelven a dar a elegir, volvemos a escoger ser de México y no de Guatemala", dice Alejandro Gutiérrez, de 77 años de edad. Lanza un suspiro mientras observa el monumento que evoca la Federación de Chiapas a México en 1824, erigido en lo alto de las escalinatas del Parque Bicentenario.


El apretón de manos, aunque petrificado, es efusivo y transmite el sentir que hubo entre miles de personas que se hermanaron en 1824. Las dos mujeres, paradas en lo alto de las gradas de cemento, son enormes, como la historia que encierran. Logran verse desde lejos.


Al pie de una de ellas está un águila devorando a una serpiente: es la Mexicanidad. La ottra sostiene el escudo de Chiapas: representa a la entidad chiapaneca. Es el monumento de la Mexicanidad Chiapaneca. En un día como hoy, se hizo oficial la Federación de Chiapas a México. El relato es bello, aunque polémico, digno de ser cincelado con punta de diamante, en letras de oro en los anales de la historia de México y de Chiapas. Para bien de los que la ignoran, la recordamos.

La historia comienza en 1531 y se prolonga a 1821, Chiapas había formado parte de la Audiencia de Guatemala, colindando por el occidente y por el norte con provincias gobernadas desde el virreinato de la Nueva España. Durante tres años, de 1821 a 1824, los chiapanecos se sintieron con la posibilidad de una democracia local y regional, con base en discusiones y decisiones tomadas en reuniones populares.

Al principio, los chiapanecos deciden formar parte del Imperio de Iturbide, decisión que fue aceptada por México el 16 de enero de 1822. Esta unión al Imperio duró hasta el 7 de junio de 1823, poco después de la abdicación del emperador Agustín de Iturbide el 5 de abril de 1823. Chiapas, en este transcurso, toma la determinación de declararse libre de agregarse a México o reincorporarse a Guatemala.

México se molestó por la actitud tomada por Chiapas y manda el 29 de julio de 1823 al General Filisola, de la División expedicionaria en Guatemala, para que marchara a San Cristóbal, disolviera la Junta Suprema Provisional y restableciera el orden, dando posesión al Jefe Político nombrado por México.

El General Filisola llegó a San Cristóbal el 31 de agosto y declaró disuelta la Junta Provisional el 5 de septiembre, no sin antes, los miembros de ella formularan enérgica protesta. Mientras tanto, la mayor parte de la provincia chiapaneca manifestó descontento ante la actitud de México y Filisola. Comitán se levantó en armas el 28 de octubre, Tuxtla Gutiérrez el 29 y el Plan de CHIAPAS LIBRE se proclamó en Comitán el 26 del mismo, y tenía por objetivos proclamar el derecho de la Provincia para decidir su suerte como mejor le conviniera y pedir la inmediata evacuación de las fuerzas mexicanas.

A finales de 1823, las fuerzas unidas de Chiapas Libre desalojan al ejército mexicano, la Junta Suprema queda de nuevo instalada y Chiapas en estado de tomar una decisión libre y soberana.

En circular de 22 de marzo de 1824 se pidió a todos los partidos de la provincia, que sin demora expresaran a cuál de las dos naciones deseaban federarse, ofreciendo la Junta hacer la computación de los votos. Estaban haciendo el cómputo, cuando llegó a San Cristóbal un decreto del Congreso Mexicano de fecha 26 de mayo de 1824, dando tres meses de plazo para decidirse sobre su unión a México o a Guatemala. Además de enviar a un delegado, José Javier de Bustamante, para supervisar los trabajos del conteo.

El Soconusco se disgustó por el decreto de México y la presencia del delegado, y decide el 24 de julio de 1824 incorporarse a Guatemala. Permanece adherida a Guatemala hasta el 11 de septiembre de 1842, cuando el Presidente de la República, Gral. Antonio López de Santa Ana decreta su unión a Chiapas y a México. Igualmente, ese mismo día, le otorga el rango de Ciudad a Tapachula.

El día 12 de septiembre de 1824 se hizo el cómputo de los votos, y el resultado fue el siguiente: de los 172,953 habitantes que viven en 104 pueblos de Chiapa y Soconusco: 96,829 (56%) se pronunciaron por la agregación a México; 60,400 (35%) votaron por la unión con Guatemala; y 15,724 (9%) se declararon indiferentes o neutrales. El partido de Tonalá, del cual formaban parte los pueblos de Pijijiapan y Mapastepec con 4,308 habitantes votaron junto con el Soconusco, Tuxtla Gutiérrez, Chiapa de Corzo, Cintalapa, Jiquipilas, Ocozocuautla, Tecpatán, Copainalá, Palenque, Ixtacomitán, Suchiapa su unión al país de Guatemala. Mientras que las poblaciones que votaron por México fueron San Cristóbal, Comitán, San Bartolomé de los Llanos( hoy Venustiano Carranza), Chamula y otros pueblos indígenas de los altos; y los pueblos que no votaron ni por uno ni por otro, fueron Ocosingo, Tumbalá, Sabanilla y Moyos.

En el contexto del virreinato, la Nueva España quedó en conexión con el territorio de Chiapas, además, en el año de 1821, el general Agustín Iturbide lanzó el Plan de Iguala, lo que proponía era establecer un gobierno monárquico, a pesar de la independencia se mantenía un estado que parecía perpetuar el antiguo régimen colonial, pasando de la monarquía de los españoles a la de los criollos.

El reino no iba con el Plan de Iturbide, esto provocó una molestia por parte del grupo dirigente chiapaneco, quienes protestan ante el gobierno de Guatemala, al no adherirse al Plan de Iguala.

Por ello, le escriben al gobierno en México para solicitar apoyo militar en caso de un ataque proveniente de Guatemala, con la intervención del presbítero Francisco Antonio Guillen ante la diputación Provincial, urgen buscar la unión con México con el fin de alejarse del gobierno de Guatemala.

El presbítero Pedro José Solórzano es nombrado para gestionar la unión de la provincia al imperio, pero el 16 de enero de 1822, culmina su labor con el decreto expedido por la Regencia del Imperio que dispone que las Chiapas son parte del país del Septentrión.

Para mayo de ese año asciende al trono imperial mexicano Agustín de Iturbide, quien tras su pronunciamiento militar adopta el nombre de Agustín I, el emperador mantiene una relación rigurosa con los diputados ante lo cual termina por disolver el Congreso.

A finales del año, estalla una rebelión en contra de Iturbide para expulsarlo del poder, este cesa en marzo de 1823, sin embargo, su caída hunde a la provincia chiapaneca en la duda sobre si pertenecen aún al imperio o si la disolución de este conlleva la desaparición de la unión entre la dirigencia, se elevan opiniones enfrentadas, hay quienes sostienen que la unión ha quedado insubsistente y otros que aún está vigente.


Ante dicho contexto se convoca a una junta general para resolver el punto en medio de las discusiones, se funda una Junta Suprema Provisional que busca llegar a una solución, pero que enfrenta a la Diputación Provincial que gobernaba la provincia.

Esta incertidumbre también se alimenta de los intereses que se mueven entre los dirigentes chiapanecos, algunos están por permanecer a la naciente República Mexicana y otros en que se debe pensar, pues también esta la posibilidad de unirse a las Provincias Unidas del Centro de América, surgida en julio de 1823.

La Junta Suprema Provisional de las Chiapas dispone que ponderará la cuestión y una vez resuelta se disolverá, también establece que la provincia es libre de toda autoridad y esta en capacidad plena de elegir de manera libre su destino.

Por otro lado, Lucas Alamán, secretario de Relaciones Exteriores Mexicano, tras recibir informes de los partidarios de la agregación a México, decide intervenir y ordena al general Vicente Filisola que se encuentra en Guatemala a disolver la Junta Suprema Provisional, consumada el 5 de septiembre de 1823.

La actuación de Vicente Filisola da lugar al Movimiento de Chiapa Libre, quienes se manifiestan en contra de lo que se considera un atentado a la soberanía provincial, ello da origen a un movimiento armado y a un pronunciamiento, el llamado Plan de Chiapa Libre.

El Plan fue elaborado en Tuxtla por el capitán Joaquín Miguel Gutiérrez y al fraile dominico Ignacio Barnoya, y proclamado en Comitán en el mes de octubre de 1823.

Asimismo, las fuerzas armadas se movilizan desde distintos puntos y conforman el llamado Ejercito de las Tres Divisiones Unidas o las Tres Villas Unidas (Tuxtla, Comitán e Ixtacomitán). La autonomía provincial conduce al sufragio de 1824, y el ejército mexicano decide abandonar la provincia y la Junta Suprema es reinstalada.

La Junta Suprema convoca a que la unión a uno u otro país -México o las Provincias Unidas de Centroamérica- se lleve a cabo mediante el voto de los representantes de los partidos, en marzo la Junta cambia de opinión y decide que la cuestión se resuelva mediante el voto de toda la población.

el 12 de septiembre se da a conocer que la votación favoreció la agregación a México, para el día 14 se hace la proclamación solemne, sin embargo, el partido de Tuxtla protesta por la manera en que se procedió en la votación no tanto por el resultado final, sino que “se dice que 4 personas movilizaron todo a favor de la unión con México”, por ello, sienten que se ha defraudado el proceso.

También, se suma la protesta del ayuntamiento de Chiapa de los Indios, quienes añaden que la mayor parte de la población de origen indígena estaba capacitada para asumir las implicaciones de un voto.

Tras recibir aclaraciones del representante del partido, Joaquín Miguel Gutiérrez, los tuxtlecos retiran su protesta, y Chiapa de Indios hace lo propio.

Con esto, el gobierno mexicano consiguió su objetivo unir a Chiapas a su territorio, es decir, redondearlo, asimismo, el 4 de octubre después de la proclamación, la Constitución Política de la Republica Mexicana comprende entre sus estados federativos a las Chiapas. ¿Te imaginas el mapa de México sin el Estado de Chiapas? Así fue por mucho tiempo.


El gobernador Rutilio Escandón Cadenas celebrará este 14 de septiembre, con orgullo, la mexicanidad de las y los chiapanecos, sumado a los festejos por la consumación de la Independencia del país. “Es fundamental que las instituciones culturales de los tres Poderes revivan estos importantes acontecimientos, a pesar de que la historia y los hechos, traten de oscurecerla”, dijo el mandatario chiapaneco.


Así, por elección propia, las chiapanecas y los chiapanecos somos más mexicanos que nadie, más patriotas que nunca y más hermanados que siempre. Hoy podemos gritar con orgullo: ¡Viva México. Viva Chiapas! ¡Viva la Mexicanidad Chiapaneca!


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