Los acuíferos en México han perdido en la última década 8.6 mil millones de metros cúbicos de agua, lo que equivale a toda el líquido contenido en el lago de Chapala (7.8 mil millones de m3), el embalse más grande del país, de acuerdo con un diagnóstico de Medio Ambiente.
El agua disponible para consumo humano pasó de 460 mil millones de metros cúbicos a 451 mil millones, de acuerdo con el último compendio de estadísticas ambientales de la dependencia.
Para Eric Morales Casique, del Instituto de Geología de la UNAM, este es un problema grave, pues se augura una crisis del agua debido al acelerado crecimiento poblacional, de manera que cada año se requieren mayores cantidades del líquido, mientras que las fuentes que se utilizaban como manantiales, pozos o presas, ya no son suficientes para abastecer a toda la población.
Dado que vamos a seguir creciendo debemos pensar qué hacer y cómo se va a dotar a esa población del líquido, indicó.
En ese sentido, la Semarnat refiere que el impacto del crecimiento de la población en los recursos hídricos disponibles de aguas superficiales y subterráneas se observa a través del indicador agua renovable per cápita, que determina el volumen de agua disponible por habitante y es posible asociarlo con niveles de escasez y estrés.
Según la medición, menos de 500 metros cúbicos indica escasez absoluta y aunque ninguna entidad llega a niveles tan bajos, dos de las más pobladas del país se encuentran entre las de menor recurso
La Ciudad de México es la más afectada con sólo 73 millones de metros cúbicos por habitante, seguido por el Estado de México, con 268 millones de metros cúbicos.
La Semarnat contempla un periodo de escasez para las zonas del Valle de México y la Península de Baja California, donde se ubica Nuevo León, entre 2018 y 2030, previsión que ya se ve reflejada en la crisis hídrica del norte del país.
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