La colonia se llama Los Pájaros, pero la gente no puede volar por encima de los objetos y autos que obstruyen el paso peatonal. Las aceras están invadidas. Y como dijera la sátira de Jaime Maussan en "60 monitos", nadie hace nada.
Cada día, cientos de transeúntes son dejados en estado de indefensión porque los infractores de esta ley son muchos, los oficiales son pocos y además tienen otras prioridades.
Proliferan en la capital chiapaneca los dueños de las aceras, con autos atravesados y locales comerciales instalados que impiden el paso peatonal, obligando a transeúntes a caminar sobre la calle, exponiéndolos así a un accidente.
Lucía fue por su hijo a la escuela primaria "Juan de la Barrera", en la colonia Los Pájaros, al sur oriente de la capital chiapaneca. En la clase de educación vial, a los alumnos les enseñan que un buen peatón no cruza a media calle sino por las esquinas y pasos peatonales. También les dicen que deben caminar por las aceras.
"¿Mamá y porque no vamos sobre la banqueta?" cuestionó el pequeño a su madre Lucía. Ella no contestó. Sólo señaló con el dedo índice hacia los autos estacionados sobre las aceras.
Sólo sobre la avenida Cisne de la citada colonia, de la calle Tucanes a la calle Colibrí, había más de 10 vehículos impidiendo el paso de los transeúntes. "nos obligan a bajar con riesgo de ser atropellados. En tiempo de lluvia pisamos agua y nos puede enfermar", dice Lucía, pero reconoce que no puede haber un agente de Tránsito Municipal en cada cuadra para multar a estos infractores inconscientes.
Sobre la calle Tucanes, entre las avenidas Cóndor y Canarios, ventas de empanadas, aceites, una vulcanizadora, entre otros comercios, hacen lo propio. También sobre la calle Julio César Caballero del fraccionamiento Sabines, hay escaleras y locales de hamburguesas en los espacios de las aceras. El Reglamento de Tránsito Municipal de Tuxtla Gutiérrez es letra muerta en este aspecto. Nadie es sancionado.
Al otro lado de la ciudad, al norte poniente, Saúl camina sobre la calzada Los Almendros de la colonia Miravalle. Camina por salud y por economía, pero siempre es lo mismo a donde quiera que va, como en la calle Tucanes y avenida Cisne de la colonia Los Pájaros. Las aceras están obstruidas por autos estacionados, escaleras, anuncios publicitarios y hasta locales comerciales.
Amén de la molestia que implica bajarse de la acera, conlleva el riesgo latente de que el peatón sea arrollado por un auto.
El Artículo 35 del Reglamento de Tránsito Municipal de Tuxtla Gutiérrez indica que: "Los usuarios de la vía pública deberán abstenerse de realizar actos que obstaculicen el tránsito de peatones... así como de poner en peligro a las personas".
El mismo Reglamento en su Artículo 65 obliga a los peatones a utilizar las aceras al transitar en la vía pública, pero nada hacen por multar a los cientos de automovilistas que obstruyen las aceras.
En la fracción VII dice: "Cuando no existan aceras en la vía pública deberán transitar por el acotamiento; a falta de éste, por la orilla de la vía".
En el Artículo 70 ciertamente se prohíbe el estacionamiento de cualquier clase de vehículos en las aceras, camellones, andadores y otras vías reservadas a los peatones. Letra muerta. El peatón sigue en estado de indefensión porque los infractores de esta ley son muchos, los oficiales son pocos y además tienen otras prioridades.
La calle se llama 1a Poniente, entre 2a y 4a Sur. "Debería llamarse imposible de pasar porque siempre está repleto de ambulantes, con sus maniquíes sobre las aceras. Los pobres fiscales llegan, los corren un rato y al rato ya están de nuevo, no entienden. La calle que nos heredó Yassir es muy angosta y nos pasan cerquita los carros" dice Mauricio "N", de 45 años de edad.
Es que en dicha vía las aceras están obstruidas de diversas formas. Ésta es una anomalía muy generalizada en la capital chiapaneca y poco sancionada, sino es que nula.
En la 11a. Oriente entre 2a. y 4a. Norte, los locatarios del mercado 5 de Mayo también ocupan las aceras para colgar sus mercancías, haciendo casi imposible el paso peatonal. Las personas de la tercera edad o discapacitadas, que muchas veces caminan con andaderas, muletas o sillas de rueda, no pueden pasar cuando van al IMSS 5 de Mayo.
Sobre la calle Flamboyant Norte, en las Manzanas 110 y 111 tampoco se puede caminar sobre la acera, especialmente entre las avenidas Encinos y Pino de la colonia Patria Nueva. Hay rampas, mallas y plantas afuera. Algunos de plano construyeron jardineras.
"Los transeúntes somos dejados en estado de indefensión porque los infractores de esta ley son muchos, los oficiales son pocos y además tienen otras prioridades", dice triste y molesto Saúl. Lucía coincide con él.
Saúl y Lucía tienen razón. Proliferan en la capital chiapaneca los dueños de las aceras, con autos atravesados y locales comerciales instalados que impiden el paso peatonal, obligando a transeúntes a caminar sobre la calle, exponiéndolos así a un accidente.
El Reglamento de Tránsito Municipal de Tuxtla Gutiérrez es letra muerta en este aspecto. Nadie es sancionado.
Teresa reporta invasión de acera y para colmo el dueño de la casa coloca piedras adicionalmente frente a su domicilio, en la 10 Norte entre 1a y 2a Poniente.
Como Saúl, Teresa y Lucía, seguramente a usted le ta tocado vivir en carne propia este problema de las aceras obstruidas, el cual se ha generalizado en la capital chiapaneca.
"Alguien debe decirles a estas personas que su propiedad inicia de la pared de su casa hacia adentro, que la acera es vía pública y no para que ellos dispongan a su antojo" , dice Lucía. Se le hace tarde y corre. Para la autoridad aún no es tarde. Puede y debe actuar.
En Tuxtla, en Chiapas, el peatón es primero. Lo dicen algunos señalamientos viales. En la práctica es una realidad distante. En la colonia Los Pájaros, los habitantes no tienen alas para volar sobre los autos y negocios que invaden las aceras. Y como dijera la sátira de Jaime Maussan en "60 monitos", nadie hace nada.
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