Gissel Ruiz
En la 14ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre Especies Migratorias, el investigador conservacionista Dan Challenger ha destacado la difícil situación que enfrentan las especies migratorias, ante las tres crisis planetarias de pérdida de biodiversidad, cambio climático y contaminación ambiental.
El tratado de biodiversidad de la ONU, en vigor desde 1983, busca respaldar la conservación y el uso sostenible de estas especies, reuniendo a representantes de gobiernos, agencias de la ONU y organizaciones ambientales en Samarcanda, Uzbekistán.
El informe presentado en la conferencia revela que tres de cada cuatro especies migratorias incluidas en la convención enfrentan pérdida, degradación y fragmentación de su hábitat, mientras que siete de cada diez están amenazadas por el uso directo y el comercio.
A pesar de estos desafíos, se destaca el caso del antílope saiga, cuyas poblaciones han experimentado una notable recuperación gracias a esfuerzos internacionales de conservación desde su inclusión en la convención en 2006.
El optimismo reside en el compromiso renovado de la comunidad científica y los gobiernos presentes en la conferencia para implementar medidas específicas y socialmente legítimas de conservación. Si se logra este compromiso, habrá esperanza para las especies migratorias del mundo.
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