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Doña Chóchitl y su limonazo

Telegrama


César Jiménez / Ocho Columnas


¿A quién del equipo de la campaña de la candigata de “Fuerza y Corazón por México”, Chóchitl Gálvez, se le ocurrió llevar a esta panista a un mercado público? Cuando ellos se venden como políticos de la alta sociedad.


Ya lo dijo la verdulera Kenia López Rabadán (alias doña Excelsa), ellos representan a la clase media alta, y no a los de abajo.


Entonces, si son clasistas y racistas ¿qué hacen con los de abajo?, ¿para qué los buscan?, ¿o es por tiempos electorales?


Por eso insistimos en que no cuadra su visita al mercado de la alcaldía Miguel Hidalgo (Cdmx) donde los visitantes y locatarios vieron su llegada como un acto de provocación.


Y es que Chóchitl se dedica a ofender a los más desposeídos, como por ejemplo, al afirmar que quien no haya hecho un patrimonio a sus 60 años es un güey o tarugo.


Es decir, como si el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) en sus cerca de noventa años de corrupción y saqueo hubiesen dado las condiciones para que las familias mexicanas pudieran salir adelante de manera digna.


En el caso de las comunidades indígenas, la candigata prianista dice que son flojos, que son incapaces de trabajar en una empresa, como si ella fuera un referente, así de miserable es la bodoque.


Por eso qué esperaba Chóchitl a su llegada a un espacio del pueblo: ¿que le colocaran flores?, ¿que le gritaran loas?, ¿Qué le aplaudieran?


No es de celebrar, pero el que se ríe se lleva, y la repuesta de la gente fue bendecirla con un limonazo en la cara antes del debate del pasado domingo.


Debe de entender que el pueblo ya está cansado de tantas ofensas de la clase política opulenta. Ni la fuerza del huipil la protegió, se quedó muda, seria, sin palabras, y mejor emprendió la graciosa huida.


Los testigos relatan que se dejaron escuchar abucheos de “¡fuera Xóchitl!” o “¡Claudia! ¡Claudia! ¡Claudia!”, en referencia a Claudia Sheinbaum —candidata presidencial de “Sigamos haciendo historia”.


Pero el momento más incómodo, y que se volvió tendencia en redes sociales, fue al ser golpeada en la cara con un limón, alcanzando a cerrar los ojos.


Aunque expresó un rictus de dolor, trató de identificar al agresor sin lograrlo, siguiendo su camino y tomándose fotos con sus simpatizantes.


Así que, mejor mensaje de hartazgo, no puede haber. Al tiempo.

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