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Cigarro apagado, vida encendida por Richard Alegría (Ocho Columnas)

Apagar un cigarrillo es encender una vida. Eustaquio, de siete años de edad, tomó la hoja de su cuaderno, hizo un rollito, lo encendió y simuló que fumaba. Absorbió el humo. Así se inició, jugando, en el adictivo mundo del tabaquismo. Falleció 42 años después por enfisema pulmonar. Como Eustaquio, en el mundo hay mil 300 millones de fumadores activos. En México son más de 15 millones. De éstos, anualmente mueren 63 mil 200 personas. Chiapas lucha por reducir la cifra de 252 mil personas, de 12 a 65 años, que fuman.


El pasado 31 de mayo se celebró el "Día Mundial sin Tabaco". Enrique "N" publicó en su muro su testimonio inspirador. Escribió: "El cigarro que casi me acribilla los pulmones.

Hace como 10 años fumaba a las afueras del periódico en el que laboraba, El Heraldo de Chiapas. Prendí un cigarrillo y todo iba bien, según yo. Casi al terminarlo, sentí como un espasmo, pero no hice caso al llamado de emergencia de mis pulmones y, casi en automático, saqué otro tabaco de la cajetilla.

Ya había consumido como la mitad del segundo, cuando no pude jalar aire como habitualmente lo hacía. Recuerdo que empecé a sudar de nervios, porque el aire simplemente no entraba, al menos no mucho.

Un cuate del trabajo me vio, y solo me dijo: 'Carnal, tienes que ir al IMSS'. El chiste es que, como pude, avisé a los jefes, tomé mi mochila y acabé sentado en Urgencias del 5 de Mayo. Sentía la muerte besando mi nuca.

Mi familia estaba afligida, pues me veían realmente mal. Pasaron como tres o cuatro horas para que me atendieran, cuando por fin llegó mi turno. Pero, como siempre, pos las carencias del IMSS.

Para empezar, estaba descompuesto un aparato con el que checarían mis pulmones, y pos, con la aflicción, a los doctores no les quedó más que meterme un coctel de no sé que tanta cosa para abrir mis vías respiratorias (perdón por este mi término tan "hija"). Hasta que, como un milagro, como cuando Moisés abrió el mar, así sentí la bocanada de oxígeno. Casi casi quedé como nuevo.

Pero no me fui tan tranquilo. Una doctora, joven ella, me paró, me habló recio: "Sí sigue fumando, a la otra le ponemos su tanque".

Desde ese día, celebro mucho haber dejado el tabaco, y si hoy lo recuerdo, es para exhortarlos a que lo dejen, a que se esfuercen, pos aprovecho que es el Día Mundial sin Tabaco.

En serio, después de ese problema de salud, se me vino como una alergia de tres meses. Como una depuración, según yo.

Pero ahora, a diez años ya recorridos sin humo en mis pulmones, puedo decir que sí se puede dejar ese vicio. Recuerden: nos cuesta dinero, pero más que eso, nos cuesta nuestra salud".


El "Día Mundial sin Tabaco" y salud pulmonar (también llamado día mundial de no fumar) se celebra el 31 de mayo de cada año. Creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados mundiales, es una oportunidad para concienciar sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno, y para disuadir del consumo de tabaco en cualquiera de sus formas.


El consumo de tabaco a nivel mundial sigue disminuyendo y pasó de mil 320 millones de fumadores en 2015 a los mil 300 millones actuales, con una previsión a la baja para 2025 que proyecta una cifra de hasta mil 270 millones, así lo indica el último informe del organismo especializado de la ONU en salud sobre las tendencias.


Quizá ha sido la leyenda colocada en la cajetilla para inhibir el consumo. Quizá son los testimonios como el de Enrique, tal vez las muertes de amigos y familiares como Eustaquio, pero los números van a la baja, ligeramente.


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